Una matanza a cámara lenta
Unos ladrones de poca monta y de dudosa higiene (Frankie y Russell), deciden atracar una timba de póker en una casa de apuestas de un mafioso, llamado Markie (Ray Liotta). Al robar a la flor y nata de los gánsters de la ciudad, se convierten en el objetivo nº1 de la mafia, de manera que éstos mandan a un sicario sin escrúpulos y con una sobredosis de sangre fría, Jackie Cogan (Brad Pitt) para que se los cargue. La película cuenta con una trama simple pero atractiva, junto con personajes corruptos y violentos, extensos diálogos y un transfondo político, en el cual se critica el sistema capitalista norteamericano (en todo su transcurso se escucha de fondo fragmentos de la campaña de 2008 de Obama y John Mccain). Parecen unos ingredientes muy suculentos sin embargo no se les acaba de sacar partido y dejan como resultado: Un film con un ritmo muy ralentizado y diálogos demasiado largos y soporíferos. Eso sí, hay algunas escenas que son geniales: el atraco de la casa de apuestas es de lo más divertido; algunas conversaciones de Frankie y Russel; el momento Brad Pitt disparando a otro personaje y el final (hay un guiño interesante).
Dirigida por el director neozelándes, Andrew Domink (Chopper, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford) está basada en la novela de George V. Higgins (1974). Cuenta con un gran elenco de actores: Brad Pitt, Richard Jenkins (Quemar después de leer), Ray Liotta (el pobre hace lo que puede por gesticular, pero el bisturí le ha dejado la cara de un pequinés de porcelana); James Gandolfini (Los soprano); Scott Mcnairy y Ben Mendhelson ( los dos atracadores «lumbreras»), cuyas actuaciones realmente sorprenden, ya que interpretan a la perfección el papel de personajes nauseabundos y desastrosos. Sigue leyendo →