McConaughey cambia la tabla de surf por el maletín
Michael Haller (contra todo pronóstico un genial Matthew McConaughey) es un picapleitos con más cara que espalda, al que pocos juicios se le resisten. Gracias a su don de gentes, sus trapicheos y su picardía siempre acaba llegando a acuerdos con el fiscal y jueces para que sus clientes (de muy diversa calaña) salgan airosos. En definitiva, que ya lo quisiera como abogado defensor Cachúli (Julián Muñoz) o la Pantoja. Además de ser un crack, Haller carece de escrúpulos, trata de sacarle los cuartos a todo el mundo y su rirmo de vida es todo lo contrario a frenético. Se limita a ser llevado de un lado a otro tranquilamente por su chófer, mientras va revisando sus casos en el asiento trasero de su flamante Cadillac.
Sin embargo, esta aparente tranquilidad se verá truncada cuando un playboy de Beverly Hills podrido de dinero, Louis Roulet (el guaperas Ryan Philippe), contrata a Haller para que le defienda, ya que ha sido acusado de haber intentado violar, asesinar y propinar una brutal paliza a una mujer de vida alegre (casi nada). Lo que ocurre, es que todo apunta a que Roulet, que declara su inocencia a capa y espada, parece ser víctima de un engaño y que todo atufa a montaje para sacarle el dinero. A medida que Haller empieza a meter las narices en el asunto, descubre que algo huele a podrido y que no todo cuadra con la versión de su cliente...¿dirá Roulet la verdad? pues…¡la véis!
Basada en la novela de Michael Conelly: Lincoln Lawyer, está dirigida por un desconocido Bred Furman ( le conocen en su casa a la hora de la comida). En 2002, otra obra de Conelly ya fue llevada a la gran pantalla de la mano de Clint Eastwood (Deuda de Sangre). El inocente, es un thriller judicial de lo más entretenido que consta de: una trama más que atractiva, sigue un buen ritmo, muchos giros inteligentes, los diálogos no están mal, con dos grandes actores como secundarios: Marisa Tomei y William H. Macey (con un gracioso bigotillo) y con un final, más que de notable alto. No es ni mucho menos un peliculón, debido a que muchas cosas son bastante previsibles, algún topicazo y otras situaciones son un tanto fantasmadas….pero, sí, me gustó y la recomiendo. Me parece un planazo para esos domingos tontos de resaca o simplemente para las noches de entre semana puede ser una más que suculenta alternativa a tener que ver a Falete embutido en esos trajes de baño de folklórica, mientras salta gracilmente desde un trampolín. Sigue leyendo →