Una tarta de arándanos para el mal de amores
Recomiendo que bajo ningún concepto esta película sea visionada si alguna de estas frases ronda tu cabeza:
1.» Prffff mierda de día, estoy mazo rayado/a, ¡qué asco de vida!»
2.» (Suspiro+sollozos) ¡qué solo/a estoy en la vida!.. quiero un/a novio/a»
3. » Mi ligue se ha ido con otra/o y mi cara parece un cuadro cubista de lágrimas y mocos»
4. «Joder, ¡qué hambre!»( Yo marco ésta, aunque hubiera cenado y recenado). Me entraron unas ganas locas de violar la nevera en busca únicamente de: ¡Una maldita tarta de arándanos con helado de vainilla! y como comprenderéis, yo no tengo eso por casa un día cualquiera…¡Aviso! unas Chips Ahoy rancias y un Yolado no son buena alternativa para calmar ese antojo.
Bien, si no padeces ningún sentimiento anteriormente descrito, sí, la recomiendo… aunque tengo mis peros de porqué no es un 10, pese a que es típico film que hace que les des al tarro. Con esta peli inevitablemente te pones un poco meláncolico al recordar algún momento de bajeza amorosa ya vivido, aunque al fin y al cabo el mensaje final sea positivo: «Nunca es tarde para volver a enamorarse» ohhhhhhhhhhHhhhhHhHh!jajajaj pero claro las historias que narra son a cada cual más deprimentes…
Jeremy (Jude Law) tiene una cafetería de lo más cuqui/hipster en el Soho de NYC, a la cual un día acude Elizabeth (Norah Jones) destrozada por la ruptura de su novio. Para ahogar sus penas va a ponerse hasta la fresa de copas deliciosas tartas de arándanos con helado de vainilla (estoy babeando cada vez que me acuerdo, como Homer Simpson). Sigue leyendo