Este año me he visto una jartada de series de todo tipo. Ahora que la tv parece estar viviendo su segunda época dorada y a falta de buen material en el cine, el mejor plan que existe es encontrar una buena serie para viciarte.
2015 ha estado repleto de estrenos. Como siempre, algunas buenas y otras…no tanto. Comentamos aquí algunas series aparecidas en este 2015. Sigue leyendo
Y después de mucho tiempo, vuelve la crítica de series con un producto de la cadena que ahora es sinónimo de “Coño! Qué serie más buena”; HBO.
The Wire, Los Soprano, Game of Thrones, True Detective… todas series de HBO que lo petaron o lo están haciendo actualmente, de ellas se han escrito miles de páginas de periódicos, revistas o posts en blogs, por lo que hemos decidido hablar de una serie a la que aún le falta para ser como sus hermanas mayores anteriormente mencionadas en su primera temporadas pero que se podría decir que va por buen camino. Una serie que mucha gente puede pensar que viene a rebufo del éxito logrado por “The Big Bang Theory”; la sensación dentro de las sitcoms actuales, pero que nada tiene que ver con ésta…
Facebook e Instagram tienen muchas cosas en común pero una de ellas (la que viene al caso) es que ambas se crearon con un propósito diferente de su actual pero más tarde fueron pivotando a lo que son hoy en día. Pues en esta premisa reposa el argumento de Silicon Valley una serie en la que no vemos caras conocidas, en oposición al boom actual de actores de cine pasándose a televisión.
Películas como American Pie o Friday Night lights hace años nos mostraban como molaba ser deportista en la sociedad americana; no solo no había culito que se moviera en el “Insti” que no podían tener o fiesta en la que fuesen invitados sino que todo les salía bien (sobre todo si eras el capitán); mientras tanto, los nerds eran objeto de bullying, marginados, o directamente la gente no sabía ni que existían. Pero la situación ha cambiado, en parte, hoy en día para los últimos (los deportistas según el INE y las audiencias de las retransmisiones deportivas universitarias siguen molando), ya que con 16 años puedes hackear un Banco o la NSA y al día siguiente tener un contrato de 6 cifras en tu mesa gracias a una empresa de tecnología.
Pues uno de estos nerds es Richard (Thomas Middleditch), un empollón de toda la vida que trabaja como programador en Hooli, una empresa de Silicon Valley con una cultura muy similar a Google, viviendo en una incubadora y al que una aplicación que ha creado le va a cambiar la vida cuando se descubre que ésta tiene un algoritmo de compresión de datos muy superior a cualquiera existente, en otras palabras, alguien crea una bomba atómica y la utiliza como tostadora, hasta que alguien le dice “oye que eso hace PUM”.
Al correrse la voz, dos millonarios le harán ofertas por “El Flautista” (la aplicación mencionada); Hooli le ofrece 10 millones por su idea mientras que el segundo, bastante más estrambótico, llamado Peter Gregory (Christopher Evan Welch) unos 400.000$ por el 5% de su empresa más su ayuda para que él la desarrolle; que sea el nuevo Hooli.
Alrededor de Richard encontramos el cómico elenco de actores que conformarán el equipo de programadores de la empresa que veremos durante toda la temporada y que a pesar de cumplir los patrones típicos de actores secundarios de sitcom (el soso gracioso, el extranjero objeto de gracias racistas, etc.) dotan a la Silicon Valley de grandes dosis de humor.
La serie nos presenta el mundo de las nuevas empresas de tecnología desde dentro, la presión que hay por crear algo nuevo, la preparación, la vida que llevan las personas que pertenecen a las altas y las bajas esferas de ese mundo y sobre todo la envidia que generan aquellos “que sí llegan”.
Es una sitcom (¿lo había mencionado?) bastante innovadora, ya que a pesar de que en TBBT vemos el mundo nerd, es completamente diferente al que SV nos muestra, aunque la mayoría cumplan el estereotipo de pequeños cerebritos salidos sin una pizca de confianza a la hora de hablar con las mujeres.
A destacar las actuaciones de Welch (fallecido durante el rodaje) y T.J. Miller como Elrich, dueño de la incubadora al que le encanta fornicar, drogarse y buscar algún problema y que se encuentra más dentro de los cánones habituales de “lo gracioso” en el resto de series de televisión.
En el apartado de cosas mejorables podríamos encontrar que los primeros capítulos (obviando el primero) tardan en arrancar y se pierden en una amalgama de términos tecnológicos y situaciones que no aportan demasiado. Por suerte, pronto despega y crece hasta tener unos capítulos finales realmente divertidos, especialmente el 7, SUBLIME.
Mi nota: 7,5/10
José Río @joserio87
Orange is the new black… ¡QUÉ PEREZA!!
Básicamente eso fue lo que dije 2 minutos antes de darle una oportunidad al piloto de esta serie creada por Netflix. Sorprendentemente dije un comentario parecido antes de ver House of Cards y una vez más me equivoque; pero claro después del intento fallido de resucitar Arrested Development estaba en mi derecho de dudar.
Resulta que Orange no es una serie para nada aburrida, ni “de chicas”, ni nada que te puedas esperar antes de verla.
Piper Chapman (Taylor Schilling) es encarcelada por un delito que cometió hace diez años (mientras exploraba un poco el mundo y su sexualidad) cuando estaba a punto de prescribir. A partir de ese momento, su vida cambia completamente, pasando de vivir cómodamente con su prometido, Jason Biggs (Jimbo, el salido de American Pie al que su padre no hace más que pillarle jugando con el chino tuerto), a tener que compartir su vida con presas de las que a lo largo que avancen los capítulos iremos conociendo sus historias y razones para estar encerradas. Es una historia real basada en la novela de Piper Kerman que escribió sus memorias en prisión. Sigue leyendo
Después de que nuestro colaborador de series se despidiera de nuestro blog dando un portazo a nuestro despacho imaginario, vamos a seguir nosotros analizando las mejores series que tenéis que ver.
Y que mejor manera de hacerlo que con True Detective, que aunque solo lleva dos capítulos, promete ser uno de los éxitos del año. ¿Por que? Lo tiene TODO. Producción de HBO, una trama autoconcluyente en 8 capítulos (cosa que se agradece), al mejor Matthew McConaughey y la posibilidad de verse en Canal Plus Series al día siguiente de su estreno en Estados Unidos.
La historia nos sitúa, a través de flashbacks, a mediados de los años 90. Una pareja de detectives formada por Woody Harrelson y Matthew McConaughey investiga unos extraños asesinatos que están ocurriendo en Luisiana. El modus operandi del asesino es bastante excéntrico y su objetivo parece (y digo parece porque solo llevamos dos capítulos) ser que son prostitutas. Sigue leyendo
Después de un largo parón por trabajo (y un poco de vaguería) he decidido hablar de dos series muy similares que llevan en la parrilla televisiva varios años y aunque la formula parece que se empieza a agotar, sus productores se niegan a enfocarlas hacia un final digno; hablo de El mentalista y Castle correctas, desquiciantes y mayormente sustentadas en tres pilares: la calidad del protagonista, la tensión amorosa que existe con su compañera, que en ambas es una agente de la ley y por último, el resto de miembros del equipo, a cada cual más pintoresco.
El Mentalista
Patrick Jane (Simon Baker) es un Sandro Rey americano, éste al menos no se inventa lo primero que se le viene a la cabeza, sino que es capaz de ver e intuir cosas en las personas mientras otros no. En una de sus muchas apariciones en un talk show, se pasa de listo enfadando al que resulta ser uno de los más peligrosos, inteligentes y despiadados asesinos en serie de todos los tiempos el cual decide vengarse asesinando a su mujer e hija. Como consecuencia, Jane decide abandonar su profesión y dedicar su vida a ayudar a un equipo de agentes del CBI (El FBI del estado de California) a cazar al desalmado, no sin antes ayudarles a resolver otros crímenes que surgen por el camino utilizando las habilidades de su anterior, fraudulenta pero exitosa carrera como un médium.
A partir de ese momento, la serie nos sumergirá en una serie de inteligentes tiras y aflojas entre el protagonista y su alter ego, que funcionarán durante las primeras temporadas o más bien en aquellos capítulos que aparezcan tramas relacionadas con el asesino. Sigue leyendo
Los lunes ya no son lo que eran
Hasta hace muy poco, los lunes eran el peor día de la semana con mucha diferencia. Desde que a las 22:30 han decidido poner el mejor reality/serie/documental/ que ha existido, esperamos los lunes como un chaval esperando la noche de reyes. Todo gracias a Un príncipe para Corina, de lo mejorcito de la TV actual y sobre todo (bueno, únicamente) gracias a una postproducción digna de Oscar
El primer paso para disfrutar del programa es reconocer que lo ves, por que lo veis, todos lo veis.
Un principe para Corina lo ve hasta el Tato (lo ve, doy fe) porque mola, porque entretiene, y porque aunque sabes que todo está guionizado lloras de la risa. Sigue leyendo
Un castillo de naipes y un cena muy especial
Después de darle bastantes vueltas a qué series podría recomendar esta semana, finalmente me decanté por dos estrenos que pese a que provienen de dos plataformas diametralmente opuestas, son dos auténticos éxitos, una continúa siéndolo ya que apenas lleva dos episodios.
House of cards:
He estado durante semanas leyendo acerca de la calidad de la adaptación de la serie británica con el mismo nombre, ideada por Netflix (una plataforma americana de vídeo en streaming que ofrece películas y series de televisión) que se ha lanzado a producir y a estrenar la temporada completa de la misma, como idea revolucionaria. El resultado ha sido tan satisfactorio que ya se está produciendo la segunda temporada y se habla de hacer lo propio con más series; pero os preguntaréis: ¿Es realmente tan buena House of cards, como para invertir más de cuatrocientos minutos de mi vida en ver la primera temporada?
Para responder a esta pregunta empezaremos por el principio, aquello que nos llama más la atención a primera vista. DAVID FINCHER. Este nombre ya capta tu atención (El club de la lucha, Seven, Zodiac), pero la cosa no queda ahí, ya que en el reparto tenemos a un Kevin Spacey (cágate lorito) espectacular en su papel, secundado por unos más que correctos Robin Wright (¡MILF!), Michael Kelly, Kate Mara (Ñam- ñam) y Corey Stoll, este último lo clava. Sigue leyendo
Si eres de esos que llega a casa y le apetece ver más una serie de televisión que una película y además estas harto de oír comentarios tan típicos como, “¡Deberías ver Homeland, la empecé hace unos días y es buenísima!” (mientras escondes furtivamente bajo tu camisa los pequeños cortes que te haces en la soledad de tu baño para olvidarte de la agonía que te supone esperar a la tercera temporada) o “Me parto de risa con Barney Stinson en Como conocí a vuestra madre” te proponemos 4 series que a pesar de que algunas tengan varias temporadas son un tanto desconocidas para EL GRAN PÚBLICO y merecen ser vistas:
The americans:
Una serie producida por un canal que nos tiene acostumbrados a auténticos “seriones” como Sons of anarchy o American Horror Story, nos cuenta la historia de unos espías (que novedad, ¿no?) rusos del KGB infiltrados en Estados Unidos durante la Guerra Fría.
La serie comienza fuerte. Por un lado, tenemos a una ya madurita pero a la que los años le han sentado muuuuuy bien Felicity (Keri Russell) poniéndose tontorrona (y diciendo eso me quedo bastante corto) con un hombre para sonsacarle información; por otro lado, tenemos a Matthew Rhys (también conocido como el hermano gay de Cinco hermanos) dándose de leches a lo Steven Seagal con un sospechoso. Ambos son dos espías enviados por el Kremlin a E.E.U.U. fingiendo (¡y de qué manera!) ser un matrimonio, así como muchos otros que se han ido enviando a la tierra de la libertad en caso de una posible III Guerra Mundial.
Este matrimonio de chichinabo, resulta ser unos de los grandes filones de la serie, ya que ella es una acérrima comunista, mientras que él se está dejando seducir por el estilo y las comodidades del “American Dream”; esto genera un ir y venir entre los dos que a veces te hace estar más pendiente de si se van a querer de una vez por todas (igualito que si vieras la telenovela de las cinco en Nova) o finalmente se va acabar yendo todo a la mierda. Sigue leyendo
Million Dollar Movies 