Tenemos que hablar de Kevin

El pequeño monstruo de Mamá

Tenemos que hablar de Kevin está basada en la novela de Lionel Shriver y dirigida por Lynn Ramsay.

La cinta cuenta, a modo de caóticos flashbacks la historia de Eva. Esta señora (magníficamente interpretada por Tilda Swinton, esa mujer andrógina con pinta de noruego enzarpado) echa un polvete una noche y le sale más caro que la obra del Escorial. Nueve meses después engendra a Kevin, un «angelito» que hace que Damien, el niño de La Profecía, quede como un simple aficionado. La relación madre e hijo será cada vez más tensa hasta llegar a un apoteósico final que te deja con los ojos fuera de las cuencas.

Tengo que decir que me quedé volao cuando la vi. Kevin pasa a mi top 1 de niños malvados de la historia del cine, por encima del ya mencionado Damien e incluso de Macauly Culkin en El Buen Hijo, que también era para dedicarle 8 temporadas enteras de Hermano Mayor.

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Moonrise Kingdom

Ambientada en una isla de Nueva Inglaterra de los años 60, narra la historia de amor adolescente entre Suzy Bishop (una niña problemática e introvertida) y Sam Shakusky (un scout gafapasta carne de cañón del acoso de sus compañeros), que un buen día deciden dejarlo todo y fugarse juntos. Su huída dará lugar a una insaciable búsqueda por toda la isla, encabezada por los padres de Suzy (Bill Murray y Frances Mcdormand), ayudados por el agente Sharp (Bruce Willis) , el jefe de los Scouts (Edward Norton) + los mini scouts que arden en deseos de encontrar a su compañero, de ahí que lleven palos con clavos, arcos, hachas… lo típico que lleva un scout junto con el mapa y la brújula.

Dirigida por el aclamado e imaginativo director Wes Anderson (Viaje a Darjeeling, Academia Rushmore, Los Tenenbaums. Una familia de genios…) y con guión de Roman Coppolla y el mismo Anderson. Fue estrenada el pasado año, y no ha hecho más que recibir excelentes críticas y numerosas nominaciones en los festivales internacionales de cine, de hecho competía en los Oscar en la categoría de mejor guión, cosa que no es de extrañar. La película cuenta con un gran elenco de actores, los diálogos son geniales, personajes carismáticos y la dirección artística es increíble (cada escena parece un cuadro). Realmente merece la pena verla, es muy original y es enternecedor ver como Anderson nos cuenta esa ilusión y pérdida de inocencia que se vive con el primer amor.