Series que no te puedes perder Vol.II

Un castillo de naipes y un cena muy especial

Después de darle bastantes vueltas a qué series podría recomendar esta semana, finalmente me decanté por dos estrenos que pese a que provienen de dos plataformas diametralmente opuestas, son dos auténticos éxitos, una continúa siéndolo ya que apenas lleva dos episodios.

House of cards:

He estado durante semanas leyendo acerca de la calidad de la adaptación de la serie británica con el mismo nombre, ideada por Netflix  (una plataforma americana de vídeo en streaming que ofrece películas y series de televisión) que se ha lanzado a producir y a estrenar la temporada completa de la misma, como idea revolucionaria. El resultado ha sido tan satisfactorio que ya se está produciendo la segunda temporada y se habla de hacer lo propio con más series; pero os preguntaréis: ¿Es realmente tan buena House of cards, como para invertir más de cuatrocientos minutos de mi vida en ver la primera temporada?

Para responder a esta pregunta empezaremos por el principio, aquello que nos llama más la atención a primera vista. DAVID FINCHER. Este nombre ya capta tu atención (El club de la lucha, Seven, Zodiac), pero la cosa no queda ahí, ya que en el reparto tenemos a un Kevin Spacey (cágate lorito) espectacular en su papel, secundado por unos más que correctos Robin Wright (¡MILF!), Michael Kelly, Kate Mara (Ñam- ñam) y Corey Stoll, este último lo clava.

“Si si, mucho reparto pero ¿Qué pasa con la serie?”. Pues si juntamos un congresista determinado a triunfar que acaba de ser traicionado, una periodista con mucha prisa por ascender, esposas independientes, congresistas cogidos por los h… por sus tejemanejes y lo mezclamos todo en una batidora lobista y conservadora (al menos en cuanto a la imagen pública de sus líderes) llamada Washington D.C. obtendréis House of Cards.

Por lo tanto sí, sí merece la pena pero no; no creo que sea tan buena como el reparto y el piloto nos hacen creer. La dirección es buenísima, la forma en la que se muestra la serie no puede ser más original (no te esperas en esta serie a Kevin Spacey dirigiéndose directamente a la pantalla a lo Alfie, o Malcom), muy esclarecedora en puntos en los que tu desconocimiento de la política americana hace que tu cerebro se nuble y aparezca la imagen de problemas técnicos  y para colmo la serie te muestra perfectamente como en política el más mínimo error hace que se produzca un efecto dominó, en este caso que se caiga el castillo de naipes.

¿Entonces por qué no un sí rotundo? Porque parece todo un tanto artificial, a mediados de cada capítulo (y más a medida que avanza la serie) te empieza a venir un tufillo que hace que te huelas que va a ocurrir al final y MIRA TU QUE SORPRESA que rara vez, o casi nunca, perjudica a nuestro protagonista.

Puesto que empezamos con calificaciones no vamos a parar ahora. 7,5/10.

Hannibal:

“¡No diga gol, diga Mel!” así rezaba el Villamarín cuando Pepe Mel era su delantero allá en la temporada 89/90; pues en el caso que nos atañe a la hora de hablar de Hannibal Lecter a partir de ahora “¡No diga Hopkins, diga Mikkelsen!”.

Para muchos puede ser un sacrilegio lo que estoy diciendo y la verdad no me voy a entretener en explicar que supone la figura de Lecter para la historia del cine porque francamente si no sabes de quién hablamos cierra este blog y vete al videoclub, por favor.

A pesar de que Anthony Hopkins es y siempre será Hannibal Lecter, el caníbal más conocido de la historia, Mads Mikelsen (Valhalla rising o Casino Royale) en esta producción de un gigante televisivo como la NBC capaz de lo mejor (The office, 30 Rock) y de lo peor (Animal practice, por poner un ejemplo de entre un millón), imbuye al personaje de una clase, una frialdad y un misterio que en muchas escenas que aparece devora toda tu atención. Junto al danés, Laurence Fishbourne como director de la brigada realizando otra gran interpretación (no vamos a descubrirle ahora) y Hugh Dancy como Will Graham, asesor del FBI con ciertas tendencias sociópatas.

A pesar del título de la serie, el personaje alrededor del que rota la serie es Graham, profesor de criminología al que el FBI recurrirá para intentar resolver casos de asesinatos en serie; Lecter aparecerá (lo crean o no) como el psicólogo capaz de ayudar al profesor a superar sus fantasmas.

A pesar del escepticismo con el que puede coger uno esta serie, existe una química perfecta entre los dos profesores, quizá la única pega que se podría poner es la actitud demasiado paternalista (y un poco cargante) que mantiene Fishbourne para con Dancy.

En cuanto al guion y la realización, ambos son para quitarse el sombrero, la peculiar forma de enfocar las reconstrucciones, los fantasmas del profesor así como las relaciones entre los personajes hacen que no te quieras mover de la silla de principio a fin.

Solo tiene dos capítulos pero le damos un 9,5/10. ¡OJALÁ AGUANTE!