Sleeping a secas
Más que acertado el título con lo de «Sleeping», ya que haciendo honor a su nombre pude dar unas cuantas cabezadas mientras la veía. Fue presentada el pasado año en el Festival de Sundance y lo poco que había leído sobre ella era positivo: una comedieta indie-romántica. Me imaginaba algo parecido a 500 días juntos pero ambientada en Nueva York, sin embargo no la iguala ni por asomo.
[Apunte]–> Lo de Nueva York como escenario tenía su punto, ya que quién tenga la suerte/desgracia de tenerme en Facebook se ha podido tragar mi book fotográfico de mi reciente viaje a la ciudad de Woody Allen y para más inri la vi en el avión de vuelta.
¿De qué va? Jake (Jason Sudeikis) y Lainey (Alison Brie) se conocen en la universidad, se acuestan y se desfloran pierden el uno con el otro la virginidad. Pasan los años y se reencuentran en una terapia de adictos al sexo (les gustó un poco el asunto cómo veis). Se dan los Whatsapps y comienzan a ser «amigos». Hasta aquí vale, pero ¿por qué solo una amistad, si se han conocido en horizontal? Pues porque ambos tienen unas pequeñas «taras» y unos jolgorios curiosos (más bien ella) y por ello decide/deciden que mejor se cuentan las penas y punto.
- Por un lado, Jake se ha convertido en un picaflor de manual. Cada segundo, minuto, hora, día, semana, mes (año, no que no le duran tanto) se enrolla con una y con otra. Bastante simple, tiene a Lainey de confidente pero se la
trajinaríabeneficiaría más que encantado (¡error!). Luego también está su jefa pululando por ahí y que le empieza a hacer tilín (Amanda Peet).
- Por otro, Lainey es una romántica empedernida en busca de su historia de amor verdadero. Pero aunque vaya de mosquita muerta, se monta un buen jaleo digno de telenovela mexicana: le pone los cuernos a su novio con su hermano (Adam Scott). Este a su vez está prometido con otra y tiene a Lainey para una canita al aire de vez en cuando. Pero para rizar el rizo, ella termina pillándose y empieza a llorar, a montarles pollos…¡Ah! y con Jake sí, dice que son solo amigos pero también le empieza a atraer.
Digamos que todo lo que os he contado es la parte en la que todavía parecía que no tenía narcolepsia porque a partir de aquí no pasa nada interesante: que son amigos que quedan a pelar la pava… y que lo saben hasta los chinos que se van a pegar el lote de un momento a otro. Imagino que la directora-guionista (Leslye Headland) nos quiere plantear con su película el «super-dilema» de: ¿puede un hombre y una mujer ser amigos sin que haya sexo algo más? Ya os cuento las fórmulas universales:
- 1 atracción + 1 atracción = NO /Aunque sí se contiene puede ser (esto es un peli)
- 1 atracción + 1 no atracción= Pagafantas /corazones rotos/lágrimas
- 1 no atracción + 1 no atracción = ¡SÍ! ¡Ding, Ding!
A todo esto los diálogos son de lo más monótonos, partes de gracias sin gracia; trata de dejar a un lado los topicazos de las comedias románticas pero termina cayendo en cayendo en todos y los mezcla con muchos momentos de «vergüenza ajena». Personajes principales planos y faltos de carisma; secundarios que podrían aportar más interés a la trama principal pero que acaban pasando sin pena ni gloria; acontecimientos muy previsibles… y un desenlace blanco y en botella.
Lo peor1: Ya no es que la película fuera lamentable sino que más bien fue mi estampa viéndola. Cuando no estaba haciendo esfuerzos por no desnucarme y aterrizar mi cabeza sobre el pasajero sentado en el asiento contiguo, cada dos minutos pegaba un gritito y trataba de llamar la atención de mi madre para que mirase la pantalla empotrada en mi asiento y decirla como una lela: «¡Ayyyy mira si es Central Park!» «Miraa el puente de Brooklyn» «¡Un Taxi amarillo!».
Lo peor2: momento de vergüenza ajena en el que Jake le explica a Lainey cómo masturbarse con una botella de zumo granini de naranja (aquí ya no avise a mi madre para que mirara la pantalla…).
Lo mejor1: El cameo de Seth Cohen como novio empalagoso de Lainey.
Lo mejor2: Nadie me conocía en el vuelo.
Mi nota: 3,5
PMDC
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